
La primavera la sangre altera. La astenia primaveral
Los cortos y oscuros días de invierno muchas veces nos invitan a quedarnos en casa, a realizar una actividad tranquila, y hasta nos pueden hacer sentir algo tristes.
En cambio, con la llegada del buen tiempo, cuando los días son largos y soleados, nos activamos, nos sentimos más alegres y motivados, y con ganas de salir y de relacionarnos. Entonces, ¿cómo se explica que con la llegada de la primavera algunas personas experimenten falta de energía, fatiga o falta de motivación?
Esto sucede, simplemente, por nuestra dificultad para adaptarnos a ciertos cambios. Debemos tener en cuenta que venimos del invierno, y con la llegada de la primavera cambian una serie de factores ambientales, como el aumento de las horas de luz, la subida de las temperaturas, realizamos el cambio horario, y como consecuencia modificamos nuestra rutina diaria. Todo ello provoca una alteración de los ritmos circadianos que deberán adaptarse a las nuevas condiciones.
¿Cuáles son los síntomas que podemos experimentar durante este proceso de adaptación? Los ritmos circadianos pueden influir en los ciclos de sueño-vigilia, la secreción hormonal, los hábitos alimentarios, la digestión o la temperatura corporal, entre otros. Por ello puede aparecer la sensación de cansancio, falta de energía, dificultad de concentración, alteraciones del sueño o del apetito.
Para prevenir o paliar sus efectos es adecuado mantener una dieta sana, rica en frutas y verduras, hacer ejercicio al aire libre, mantener relaciones sociales, y establecer unos horarios estructurados.
Debemos saber que no se trata de una enfermedad médica, ni debemos relacionarla con la depresión.
La astenia primaveral, es transitoria, suele durar entre dos y tres semanas y remite sola.
Cristina Pujol – Psicóloga Activa Mutua