
Organizarse bien al llegar de vacaciones
Cómo vencer apatía, desorganización, improductividad con planificación, priorización y dedicación a uno mismo
Comentábamos recientemente cuáles son las actitudes más efectivas para volver contento, feliz y predispuesto al trabajo después de las vacaciones.
¿Y una vez llegados y aposentados?
¿Cómo vencer la desgana, la falta de energía, la dispersión…? (falta de concentración, charlas excesivas…).
Según la consulta de Activa Mutua a diversos especialistas, es fundamental, recién llegados, discernir entre lo urgente y lo importante, como señalan desde Entrepreneur.
Para ello, una de las metodologías que se presentan más efectivas es:
- Especificar los objetivos a asumir en la jornada en cuestión, a ser posible, ya establecidos desde casa.
- Se suele recomendar comenzar por las tareas más difíciles y complicadas, puesto que en las primeras horas de la jornada laboral, la mente y el cuerpo se encuentran más energéticos y clarividentes.
- Proseguir con el resto de actividades también definidas y programadas.
- Cuidado con las “reunionitis” a la vuelta de las vacaciones. Sin menospreciar su utilidad, es necesario que estén muy bien definidas y no se prolonguen más allá de 30 minutos.
- Hay que saber decir que no, al reincorporarse. Debemos acometer las tareas que estamos seguros que vamos a cumplir conforme a plazo y nunca incurrir en vencimientos.
- Administrar el flujo de trabajo correctamente, esto es, discernir entre lo urgente, lo importante, lo que puede delegarse y qué dejar de lado (proyectos no menos interesantes en espera de nuestra atención, cuando cumplimentemos las prioridades).
- Importantísimo encontrar tiempo para uno mismo a lo largo de la jornada con pequeñas desconexiones, estiramientos, meditación, respiraciones profundas, paseos… que nos ayudarán a recargar energía y volver a nuestro cometido con prestancia.
Desde Property Buyers, nos recuerdan dos métodos para de ser productivos:
- El Getting Things Done (GTD) que instruye sobré qué acciones prestar atención, cómo y cuándo. Así, se comienza por lo urgente, se continúa con los proyectos, se supervisa lo delegado y se etiqueta con “algún día”, la carpeta de proyectos no menos interesantes, pero no prioritarios en ese momento).
- El Pomodoro organiza la jornada en intervalos de 25 minutos con pausas entre ellos. Cada uno de estos interludios se denominan pomodoros y entre cada uno de ellos, se introducen pausas cortas. Cada 4 pomodoros, las pausas se amplían para no perder concentración y productividad.
Como advierten desde Trabajando.com, «trabajar duro y extra, no es sinónimo de efectividad», mejor optimizar el tiempo y la energía como se indica.