Solidaridad y responsabilidad en el Día del Sida
En el Día Mundial de la Lucha contra el Sida es inevitable establecer comparaciones con la actual pandemia de coronavirus y reflexionar sobre cómo impactan en la humanidad estas epidemias a gran escala.
El Sida, diagnosticado en junio de 1981, todavía continúa vigente, no ha podido erradicarse y hasta la fecha se ha cobrado la vida de más de 25 millones de personas en todo el mundo. En la actualidad, 37 millones de enfermos conviven con el Sida y una cuarta parte desconoce estar infectada. Más de 20 millones han accedido a la terapia antirretrovírica.
Por lo tanto, ya es hora de que la humanidad sea más solidaria y ponga todos los recursos necesarios para evitar estas pandemias con más investigación y concienciación sobre las correctas medidas de higiene y asepsia. Y, por supuesto, eliminar la discriminación, los prejuicios, los estigmas… para que todas las personas necesitadas reciban atención.
Las pandemias tambalean el estado del bienestar. Los virus ponen de manifiesto que la salud está estrechamente ligada a los derechos humanos, la igualdad de género, la estabilidad económica y la protección social. De ahí el lema de este año: «Solidaridad mundial, responsabilidad compartida«, en el día del Sida.
Un enfermo de Sida, en un entorno infectado con Covid, es un paciente de alto riesgo por su elevada vulnerabilidad. Respecto al Sida, la manera más segura de prevenir el contagio es no mantener relaciones sexuales con personas infectadas y si nó fuese así, usar preservativo durante todo el acto sexual, aunque esto no garantiza protección al cien por cien. También se trasmite al compartir jeringuillas con personas adictas a las drogas, entre otros utensilios como cepillos de dientes, cuchillas de afeitar, etc.